Museos vivos » Recorrido 2 http://museosvivos.educ.ar Una propuesta para descubrir historias y personajes a través de recorridos por el patrimonio de estas tres instituciones, con videos a cargo de especialistas y actividades para trabajar con los contenidos en el aula. Thu, 31 Mar 2011 18:24:43 +0000 en hourly 1 http://wordpress.org/?v=3.1.2 Créditos http://museosvivos.educ.ar/?p=634 http://museosvivos.educ.ar/?p=634#comments Thu, 08 Jul 2010 18:00:32 +0000 cviturro http://museosvivos.educ.ar/?p=634 Museo Histórico Nacional

Director: Dr. José Antonio Pérez Gollán
Área de Acción Educativa y Extensión Cultural
Jefa del Área: Julia Bertucci
Coordinadora Pedagógica: Daniela Pelegrinelli
Educadoras: Gilda Fuchs, Shiri Raed y Magalí Rud
Investigación, guión pedagógico y selección de contenidos: Daniela Pelegrinelli
Fotografías MHN: Lucila Benavente

Edición educ.ar: Cristina Viturro

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Bibliografía y anexo documental http://museosvivos.educ.ar/?p=39 http://museosvivos.educ.ar/?p=39#comments Thu, 08 Jul 2010 17:03:28 +0000 mroggi http://museosvivos.educ.ar/?p=39
  • Carman, Carolina, Avatares de las ‘glorias del país’: problemáticas económicas y edilicias del Museo Histórico Nacional durante sus años fundacionales (1889-1897). Presentado en XII Jornadas Interescuelas, Departamentos de Historia, 28, 29, 30 y 31 de octubre de 2009, Mesa: “Los usos del pasado en la Argentina: producción historiográfica y debates colectivos acerca de la historia nacional (siglos XIX y XX)”.
  • Pelegrinelli, Daniela, El museo y la escuela. Ligados pero sueltos. Una perspectiva de trabajo con las escuelas en el Museo Histórico Nacional, presentado en el XIX Encuentro Educativo “El museo y la escuela”, septiembre 2009, Museo del Banco Provincia, CABA.
  • Ruffo, Miguel, “Iconografia de la Revolución de Mayo”, documento de trabajo.
  • Subercaseaux, Pedro, Memorias, Santiago de Chile, Editorial del Pacífico, 1962.
  • Anexo documental

    La correspondencia de Adolfo Carranza

    1. Intercambio epistolar entre Carranza y Subercaseaux a propósito del retrato de Moreno

    I.

    c/c Nov. 17 de 1908.

    Señor D. Pedro Subercaseaux Errazuriz

    Mi estimado señor y amigo:

    De acuerdo con nuestra conversación de ayer, mucho me complacería que Ud. se animase a hacer un retrato al óleo del doctor Mariano Moreno, digno de él y del centenario de mayo. Paréceme que podría representarlo de cuerpo entero, sentado en su mesa de trabajo, de noche, en actitud de escribir algún asunto grave y que le muestre meditativo lo que deba reposar su pluma. Tengo elementos que le servirían para ese cuadro, y es  reconociendo su capacidad y empeño, casi me resolvería a asegurarle a firmarle reconocimiento el valor que Ud. pida de que hecho a satisfacción no faltará con que abonarlo.

    Lo saluda su afectuoso amigo y s.s.

    (fdo) Adolfo Carranza

    II.

    Sr. D. Pedro Subercaseaux Errazuriz

    Hotel Fénix.

    San Martín 786.

    Buenos Aires, noviembre 27 de 1908.

    Señor D. Adolfo P Carranza,

    Director del Museo Histórico Nacional.

    Muy señor mío:

    Para precisar las condiciones del encargo, que verbalmente se ha servido Usted hacerme de un retrato al óleo del general San Martín, le dirijo la presente pidiéndole tenga a bien estudiar las indicaciones, que me parecen oportunas para llevar ese contenido.

    El cuadro deberá ser de tres metros de alto por dos cincuenta de ancho. La figura del general sería de porte natural.

    La composición del cuadro sería la representada en el boceto que acompaño con esta.

    El precio, la suma de cinco mil pesos moneda nacional.

    En cuanto a lo que Ud se sirve decirme respecto al retrato del doctor Mariano Moreno, me parece que lo podría representar de tamaño natural, sentado en su mesa de trabajo, de noche, en actitud de escribir algún asunto grave y que lo muestre meditando lo que deba expresar su pluma.

    Yo tendría mucho placer de ocuparme de ese trabajo y pondría todo el empeño posible por dejarlo digno del tema y del Centenario de Mayo.

    Las dimensiones del cuadro serán de un metro ochenta centímetros por cada lado.

    El precio, la suma de tres mil pesos moneda nacional.

    Respecto a ambos cuadros, si estas condiciones son de la aceptación de ud, le agradecería se sirva avisarmelo oficialmente para comenzar el trabajo.

    El pago de estos dos cuadros lo podría ud efectuar por mensualidades de ochocientos pesos, que ud, tendrá a bien entregar a la Legación de Chile en esta, hasta entregar la suma de ocho mil pesos.

    De acuerdo con las ideas que hemos cambiado sobre un cuadro que represente la sesión del Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810, y de la seguridad que ud me da de que no faltará medio para adquirirlo, si, como lo espero, resulta digno del asunto, me resuelvo a emprender esta obra, previniéndole a Ud que en caso que la realice a satisfacción, su valor será de quince mil pesos moneda nacional, siendo las dimensiones del cuadro, de cuatro metros de ancho por tres de alto. Lo saluda su afectuoso amigo

    Pedro Subercaseaux E.

    III.

    Buenos Aires, diciembre de 1908.

    Señor D. Pedro Subercaseaux E.

    En virtud de la autorización de fecha me dirijo a Ud para manifestarle que estoy conforme con las condiciones y precio establecido para hacer los cuadros al óleo uno del general San Martín y otro de don Mariano Moreno, de acuerdo con los términos de su carta de fecha noviembre 27.

    El pago de la suma convenida se hará en mensualidades, durante seis meses, hasta cubrir el total de los ocho mil pesos argentinos, que hemos arreglado.

    En cuanto al que representará el Cabildo Abierto del 22 de Mayo de 1810, y cuyo precio será de quince mil pesos, por las dimensiones que indica, no puedo por el momento comprometerme a su adquisición, pero me complace expresarle, que creo debe emprender la obra en la seguridad de que si es, como lo espero, digno del asunto y de lo que Ud puede hacer, no faltará medio de obtenerlo, siendo preferido en tal caso, el Establecimiento que dirijo. Las entregas mensuales se harán directamente, o por medio de la Legación de Chile como Ud lo desea. Lo saludo atentamente.

    Adolfo P Carranza

    FUENTE: “Libro de Notas III, de 1904 a 1910”, folios 271-274.

    IV.

    Julio 3/909

    Sr.

    Pedro Subercaseux E.

    Estimado amigo:

    He recibido los bocetos del cuadro de Moreno y San Martín

    El de Moreno es muy bueno y ojalá que al hacerlo en grande, puedan aparecer los ojos con la mirada singular é intensa que tiene en el boceto.

    Es preciso que haya salga parecido con el retrato que Ud. tiene.

    La silla creo que podría modificarse suprimiendole los palos que sobran en el respaldo y verá Ud. que quedará mejor (me permito insistir en que la cara de San Martin no es la de él, ni la de un americano sino de los de tipo español y parezca chica en relación con el cuerpo  y quizas convenga modicarlo cuando venga aquí. El cinturon y faja deben estar más abajo-

    Sobre el cuadro del Cabildo abierto, quizas si convenga que me mande boceto, lo que le devolveré, con mi opinion.

    He leido de un tirón el interesante libro de memorias de su señor padre que aunque muy personal, es de lectura agradable y está escrito con soltura. Creo que debió ocuparse mas de los asuntos politicos y reseñar los hombres publicos que conocio, dando nuevos datos para ser utilizados por los futuros historiadores. Sirvase agradecerle en mi nombre la fineza del envio y saludarlo respetuosamente como a su señora madre y á su digna esposa.

    Si voy a Chile no ha de pasar un día, sin que vaya a visitarlos, para desimpresionarlos de mi regreso sin despedirme personalmente como cumplía a la atención que recibí y la simpatia que me merecieron.

    En cuanto al cuadro de Maipú, creo que ud, debió dejar un apoderado y que podría   encargarlo al secretario de la Legion para que oficialmente se ocupe del asunto. Ya sabe mi manera de pensar de antes sobre este asunto y ni me creyeran exagerado, el tiempo a venido a justificarme.

    Lo que me mande Ud, una fotografía del Moreno grande comunicaré a unidad el dinero que corresponde hasta satisfacer el precio señalado.

    Vea si puede modificar la cara de San Martín, si mandarme una fotografia de ella, si es que tardaría en venir-

    Deseando que se conserve bien y siga adelante su pincel impulsado por su talento,

    Le saludo afectuosamente

    APC

    El formato de la obra que se muestra en esta pantalla no es el original ya que ha sido modificado por necesidades de diseño.

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    La carta de Josefa http://museosvivos.educ.ar/?p=36 http://museosvivos.educ.ar/?p=36#comments Thu, 08 Jul 2010 16:55:29 +0000 mroggi http://museosvivos.educ.ar/?p=36 Esta es la carta que Josefa Balcarce, nieta del General San Martín, le envió a Adolfo Carranza, junto con los muebles que habían pertenecido a su abuelo. Con ella, adjuntaba un croquis que ilustraba la ubicación de los muebles en la habitación.

    5 Rue de Bertin

    Paris, 30 de mayo de 1899


    Sor Director del “Museo Histórico Nacional”

    Dn Adolfo Carranza.

    Buenos Ayres

    Distinguido Señor,

    Oportunamente recibí las cartas que se sirvió Ud. dirigirme solicitando enviase a ese “Museo Histórico Nacional” todos aquellos objetos que pertenecieron a mi Abuelo, el General San Martín, aun existentes en mi poder. _ Mi excelente Amigo, el Señor Don José Machain, apoyó igualmente la solicitud de Ud.; y cediendo á sus amistosas instancias, había yo yá decidido en principio hacer ese sacrificio, reservándome -toda vez, el momento de darle cumplimiento,- cuando vro nuevo y digno ministro en París, el Sor Don Carlos Calvo, me manifestó con instancia ese mismo deseo, añadiendo que su Pariente el Señor General Capdevila, recientemente venido de Bs Ayres, me traia una nueva comunicación de Ud, con encargo especial de tratar de obtener me desprenda yó de esas reliquias.

    En efecto, pasó á verme el Sor General Capdevila, remitiéndome la atenta carta de Ud.  fha 15 de Diciembre últº, a que contesto; y, en vista de todos esos patrióticos empeños, que tanto honran la memoria de mi venerado Abuelo he decidido -prescindiendo de mis sentimientos íntimos- conforme lo participo a Ud por la presente, donár desde ahora al “Museo Histórico Nacional” no solo todos los muebles de mi Abuelo que conservaba yo religiosamente en el mismo orden que guardaban en su cuarto en vida de él, -(acompañados de un pequeño croquis de ese mismo cuarto en la Casa de Boulogne-su-mer en donde falleció; croquis que permitirá a Ud. si lo juzga conveniente, colocar dichos muebles conforme los tenía el General):-sino también los dos recuerdos más preciosos que de él me había legado mi querida Madre: el hermoso Retrato original al óleo de mi Abuelo, hecho en Bruselas el año 1829, creo, del que mi Sra Madre hizo una copia que obsequió hac varios años á la Biblioteca o museo de Buenos Aires;- Así como el fac-simile ó copia exacta del Estandarte Real de Pizarro que mi Madre pintó antes de entregar solemnemente al Gobierno del Perú, por manos de su representante en París, ese glorioso trofeo, según lo había dispuesto el general San Martín por una cláusula de su testamento.

    Y, para complemento de mi obsequio remito a Ud. adjunto, los importantes Documentos históricos que lo certifican, de los que me desprendo con pena, pero que no dudo serán preciosamente conservados en ese Museo; a saber:el Oficio y Acta originales de la Municipalidad de Lima, acompañando al Libertador el estandarte Real de Pizarro.

    También remito a Ud. incluso el Acta original de la solemne entrega que hicieran mis Padres en nra Casa de Campo de Brunoy al Ministro del Perú, Señor Galvez, el 21 de Noviembre de 1861, de dicho Estandarte; copia de los discursos pronunciados en esa ocasión; algunos recortes de Periódicos y un impreso de la época, relatando esa ceremonia y dos Periódicos más antiguos de Buenos Ayres que tratan del Estandarte, así como una pequeña litografía coloreada del Estandarte.

    Los muebles de mi Abuelo; su retrato y la pintura del Estandarte, embalados en 6 cajones, serán embarcados en el Steamer “Eastern Prince” que parte de Amberes para Buenos Ayres el 10 de junio. Dichos 6 cajones van dirigidos a Ud., libres de todo gasto; y así que salga el Vapor, el expeditor remitirá á Ud. los correspondientes conocimientos y la lista detallada del contenido de cada Cajón.-

    Al dejar así cumplidos los patrióticos deseos que me había Ud. manifestado y rogándole se sirva avisarme el recibo, sin tropiezo espero, de esas reliquias, soy de Ud. muy señor mío, con todo aprecio, muy atenta compatriota.

    Josefa Balcarce y San Martín de Gutiérrez de Estrada.

    El formato de la imagen que se muestra en esta pantalla no es el original ya que ha sido modificado por necesidades de diseño.

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    La habitación del General http://museosvivos.educ.ar/?p=35 http://museosvivos.educ.ar/?p=35#comments Thu, 08 Jul 2010 16:53:10 +0000 mroggi http://museosvivos.educ.ar/?p=35 Algunos años después, en la década del 30, el Museo acondicionó una habitación especial, disponiendo los muebles según un croquis que Josefa había enviado. Por razones museográficas dicho croquis no pudo respetarse absolutamente, pero se trató de ser lo más fiel posible a él. En la actualidad, podemos apreciar los muebles que Josefa envió y algunos otros que llegaron al Museo como resultado de donaciones posteriores, como el sillón Voltaire, en un cuarto protegido con un vidrio,  controlado apropiadamente según las condiciones de humedad, temperatura y luminosidad requeridas para su conservación.

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    La donación de Josefa Balcarce http://museosvivos.educ.ar/?p=33 http://museosvivos.educ.ar/?p=33#comments Thu, 08 Jul 2010 16:49:50 +0000 mroggi http://museosvivos.educ.ar/?p=33 “Vosotras que sois la gloria

    de una madre tan querida,

    que de un anciano la vida

    llenáis de dulce ilusión;

    vosotras que la memoria

    vais de tesoros orlando

    de un tierno padre escuchando

    la sabia y digna lección.”

    (Ricardo J. Bustamante, A las tiernas niñas Josefa y Mercedes Balcarce, nietas del General San Martín, 1844)

    En una carta fechada el 1º de febrero de 1837, que San Martín escribe a su amigo Pedro Molina, se refiere al nacimiento de su segunda nieta, Josefa, a quien con los años llamarían Pepa: “La mendocina dio a luz una segunda niña muy robusta; aquí me tiene usted con dos nietecitas cuyas gracias no dejan de contribuir a hacerme más llevaderos mis viejos días”. Será precisamente Pepa, es decir Josefa Balcarce, quien en 1899 done por pedido de Adolfo P. Carranza los muebles que estaban en la habitación de su abuelo en la casa de Boulogne-sur-Mer donde este pasó los dos últimos años de su vida. Para persuadirla, Carranza utiliza dos poderosas razones: es una forma de que las sucesivas generaciones de argentinos conozcan la vida de San Martín en la etapa del exilio, y de que –de esa manera– el Museo contribuya a engrandecer su memoria, difundiendo y poniendo en valor su participación en las Guerras de la Independencia y su labor en favor de la causa americana.

    En este sentido, Josefa es generosa: el desprendimiento le resulta un sacrificio. Ella misma confiesa, en la carta que acompaña el envío, que lo hace “prescindiendo de [sus] sentimientos íntimos”. Ella es la única heredera directa de San Martín, luego de la muerte temprana de su hermana mayor, y no tiene hijos. Durante casi treinta años ha conservado con ella los objetos pertenecientes a su abuelo y es posible que pensara que ese era el mejor destino posible que podía darles.

    Sin embargo, como en la actualidad sabemos, Carranza desarrolló una minuciosa –y a veces insistente- tarea para reunir en el Museo Histórico aquellos objetos que pudieran simbolizar los principales hechos y personajes de nuestra historia (o al menos del relato historiográfico liberal al que él respondía). En la carta con que Josefa acompañó el envío también se observa dicho accionar de Carranza quien, evidentemente, ha solicitado la donación por diversas vías y sin dejar pasar ninguna oportunidad de influir en ella para que se inclinara a su favor. Las palabras de Josefa no dejan dudas acerca de la tenacidad con que Carranza trabajaba a favor de reunir una colección de piezas representativas, que constituyeran ese “altar de la Patria” que se esperaba fuese el MHN, un panteón y sitio de memoria.

    Ella dice:

    Oportunamente recibí las cartas que se sirvió Vd. dirigirme, solicitando enviase á ese ‘Museo Histórico Nacional’ todos aquellos objetos que pertenecieron á mi Abuelo, el General San Martín, aún existentes en mi poder. Mi excelente Amigo, el Señor Don José Machain, apoyó igualmente la solicitud de Vd., y cediendo á sus amistosas instancias, había yo yá decidido en principio hacer ese sacrificio, reservándome -toda vez, el momento de darle cumplimiento, cuando nuestro nuevo y digno Ministro en París, el Señor Don Carlos Calvo, me manifestó con instancia ese mismo deseo, añadiendo que su Pariente el Señor General Capdevila, recientemente venido de Buenos Ayres, me traía una nueva comunicación de Vd., con encargo especial de tratar de obtener me desprenda yó de esas reliquias” (sic).

    Como se puede observar, a las varias cartas de Carranza se suman los empeños de varios embajadores ad hoc, que llevaban a Francia como encargo interceder ante Josefa. La carta, que se reproduce más adelante, sigue siendo muy reveladora de estas tratativas.

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    Otras fuentes http://museosvivos.educ.ar/?p=31 http://museosvivos.educ.ar/?p=31#comments Thu, 08 Jul 2010 16:46:06 +0000 mroggi http://museosvivos.educ.ar/?p=31 Se puede inferir que Subercaseaux se inspiró en las descripciones que de este salón hizo Pastor Obligado, aunque la decisión de pintar a Mariquita cantando parece haber sido solo suya. La pintura historicista selecciona, idealiza y fuerza las fuentes documentales. Su propósito no es la verdad sino la verosimilitud, y su objetivo es generar un conjunto de imágenes capaces de cumplir eficazmente la función pedagógica para la que son creadas. Esta pintura, encargada con motivo del Centenario de la Revolución de Mayo, integra ese puñado de imágenes llamadas a simbolizar nuestra identidad como país, íconos de hechos y personas seleccionados para organizar nuestra memoria histórica. Su plenitud se da en el período en que se están estableciendo los parámetros legales, políticos y económicos de un naciente Estado-nación, marcado por el gran crecimiento demográfico y el cosmopolitismo de la sociedad.

    Subercaseaux contó en sus Memorias los avatares de su cruce de los Andes cargando las pinturas El Cabildo Abierto del 22 de Mayo de 1810 y Ensayo del Himno Argentino en el salón de la Sra. María Sánchez de Thompson, realizadas por sugerencia de Carranza, más otras telas realizadas por propia iniciativa como El Abrazo de Maipú: “No bastaba con pintar los cuadros; había que hacerlos llegar a Buenos Aires vía Cordillera, enrollados en sólidos tubos de latón. Partí con ellos vigilando por el camino a los arrieros. Por el Espinazo del Diablo, los perdí de vista. Al encontrarlos de nuevo, ¡Oh espanto!, para mayor comodidad los arrieros habían doblado en dos el tubo de latón”.[1] Una vez en Buenos Aires, los cuadros fueron reparados, expuestos y más tarde adquiridos por el Museo Histórico Nacional, donde podemos verlos en la actualidad.

    El formato de la obras que se muestran en esta pantalla no es el original ya que ha sido modificado por necesidades de diseño.

    [1] Subercaseaux, Pedro, op. cit., p. 153.

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    La construcción de una escena http://museosvivos.educ.ar/?p=29 http://museosvivos.educ.ar/?p=29#comments Thu, 08 Jul 2010 16:36:26 +0000 mroggi http://museosvivos.educ.ar/?p=29 Para producir esta escena, Subercaseux se basó en fuentes literarias y pictóricas. Como buen discípulo de las corrientes historicistas europeas sabía que se trataba de recrear la atmósfera, elegir un momento de los acontecimientos y aportar al cuadro los elementos necesarios para darle la magnificencia que requería una obra de estas características. Subercaseaux se refiere a este cuadro en sus Memorias: “Se trataba aquí de representar el ensayo del Himno Nacional Argentino. En el salón de la Chacra, tapizado de rico brocado amarillo, hice que se agruparan mis personajes; unas cuantas señoritas jóvenes vestidas a la moda ‘imperio’, junto a las cuales representé a San Martín, Pueyrredón y unos cuantos hombres más. Al clavecín aparecía el que acompañaba el canto de doña Mariquita Thompson, la que debía aparecer como figura principal del cuadro. A fin de conseguir un efecto realista, pinté todo el cuadro a la luz suave de las velas.”[1]

    El formato de las obras que se muestras en esta pantalla no es el original ya que ha sido modificado por necesidades de diseño.

    [1]Subercaseaux, Pedro, Memorias, Santiago de Chile, Editorial del Pacífico, 1962, pp. 152-153.

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    El Himno en la construcción de la identidad nacional http://museosvivos.educ.ar/?p=27 http://museosvivos.educ.ar/?p=27#comments Thu, 08 Jul 2010 16:28:47 +0000 mroggi http://museosvivos.educ.ar/?p=27 Esta obra recoge una tradición muy divulgada que cuenta que en el salón de Mariquita Sánchez de Thompson se cantó por primera vez el Himno Nacional. La historiografía ha demostrado que la canción patria, tal como la conocemos y cantamos en la actualidad, es el resultado de un largo proceso durante el que se ensayaron y descartaron varias canciones. El 1° de noviembre de 1812, una versión original de la que conocemos fue aprobada por el Cabildo y el Triunvirato. Al año siguiente la Asamblea del Año XIII solicitó una actualización del texto y proclamó “única Marcha Nacional” a la compuesta con letra de Vicente López y Planes y música de Blas Parera. La nueva canción sonó en el teatro, en actos y conmemoraciones, y en los salones de las casas patricias.

    Realizada en Chile, esta pintura atravesó los Andes hasta ser exhibida en Buenos Aires, en la Exposición de Arte del Centenario. El artista esperaba vender la obra al Museo Histórico Nacional, alentado por las conversaciones previas con Carranza, hecho que finalmente ocurrió luego de la exposición mencionada.

    El formato de la obra que se muestra en esta pantalla no es el original ya que ha sido modificado por necesidades de diseño.

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    http://museosvivos.educ.ar/?feed=rss2&p=27 0
    El boceto de Subercaseaux http://museosvivos.educ.ar/?p=25 http://museosvivos.educ.ar/?p=25#comments Thu, 08 Jul 2010 15:50:52 +0000 mroggi http://museosvivos.educ.ar/?p=25 En la obra Mariano Moreno en su mesa de trabajo, el prócer se ve sin marcas de viruela en la cara, de aspecto apasionado y ceño preocupado: ya no queda nada de aquellas primeras imágenes. No es por cierto producto del espontáneo trazo de Pedro Subercaseaux Errázuriz, el artista que lo pintó, sino de los desvelos de Adolfo Carranza que, cuando encarga el retrato en 1908, le escribe: “…mucho me complacería se animase a hacer un retrato al óleo del doctor Mariano Moreno, digno de él y del centenario de Mayo. Paréceme que podría representarlo de cuerpo entero, sentado en su mesa de trabajo, de noche, en actitud de escribir algún asunto grave y que le muestre meditando lo que deba expresar su pluma. Tengo elementos que le servirán para ese cuadro…”. El Moreno que vemos es entonces el que surge de las páginas de Vicente Fidel López: “ardiente como el fuego y vivaz como la luz”.

    En julio de 1909, Carranza le responde a Subercaseaux a propósito del envío: “He recibido el boceto del cuadro de Moreno y San Martín. El de Moreno es muy bueno y ojalá al hacerlo en grande puedan aparecer los ojos con la mirada singular e intensa que tiene el boceto. Es preciso que salga parecido con el retrato que Ud. tiene”.[1]

    El formato de la obra que se muestra en esta pantalla no es el original ya que ha sido modificado por necesidades de diseño.

    [1]MHN. Archivos. Caja nº 23.

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    http://museosvivos.educ.ar/?feed=rss2&p=25 0
    Los rostros de Moreno http://museosvivos.educ.ar/?p=19 http://museosvivos.educ.ar/?p=19#comments Thu, 08 Jul 2010 15:38:32 +0000 mroggi http://museosvivos.educ.ar/?p=19 ¿Cuál es el verdadero Moreno? ¿Aquel de la miniatura pintada por Juan de Dios Rivera? ¿O el del retrato de Subercaseaux, de quien todos creemos que es Moreno y que como tal tenemos grabado en la memoria? A través de las sucesivas representaciones, su fisonomía fue cambiando y adquiriendo una apariencia más acorde con las descripciones de los historiadores y con la importancia que se le otorgó como ideólogo de la Revolución de Mayo.

    El punto más alto de esa representación es sin duda la pintura de Pedro Subercaseaux, que lo muestra concentrado en su mesa de trabajo y responde a la idea que Adolfo P. Carranza tenía del prócer y quería que se transmitiera a las nuevas generaciones, tal como se deduce de sus propias palabras: la de un escritor  infatigable, “el alma del gobierno de Mayo, su nervio, el estadista del grupo distinguido que manejando la nave arremetió contra el absolutismo y la duda, ansioso de alcanzar el objetivo de sus anhelos y de su destino. Moreno fue la brújula y el que asió el timón también, como que era el más fuerte y el más capaz de los que iban a dirigirla”.[1]

    Una visión semejante de su personalidad mal podría sustentarse en una apariencia sosegada, un rostro afeado por la viruela o simplemente insustancial: tal como ha sido mencionado y se desprende de los documentos, Adolfo P. Carranza alentó, encomendó y vigiló personal y minuciosamente la realización de pinturas, esculturas y monumentos. Para ello proveyó a los artistas de fuentes iconográficas o escritas y estableció parámetros que evitaran la variación en las representaciones de los próceres.

    El formato de las obras que se muestran en esta pantalla no es el original ya que ha sido modificado por necesidades de diseño.

    [1]Carranza, Adolfo P., La Junta Gubernativa de 1810, p. 7, en: Ruffo, Miguel, “Iconografia de la Revolución de Mayo”, documento de trabajo.

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