Lavanderas, fotografía atribuida a Christiano Junior.
En la Argentina, la historiografía ha dado algunos trabajos que recuperan la vida privada o la historia oral como instancias indispensables en términos de reconstrucción histórica. Sin embargo, sigue resultando bastante escasa la referencia a los niños en la gran mayoría de los abordajes de nuestra historia. Pero ¿dónde estaban los niños?, ¿cómo eran, cómo vivían, qué tan parecidos o diferentes fueron de los de hoy?
El Museo Histórico Nacional guarda una importante colección de fotografías, y en muchas de ellas hay niños representados. Algunas están identificadas como retratos de infancia o de familia. Otras han sido conservadas por la importancia o la rareza del suceso que ilustran: es en ellas donde los niños aparecen por casualidad, por la sencilla razón de que estaban formando parte de la escena. Hay otras más que, bajo un común denominador de vistas de costumbres, curiosidades o exotismos dan testimonio de la vida rural, de la de los pueblos originarios y de la vida cotidiana de las clases más humildes, y muestran a chicos que asoman entre los adultos o juegan en primer plano. Son niños iluminados por la cámara que están allí para decirnos con tanta claridad como permite el nitrato de plata que la historia mal podría haberse hecho sin ellos.