1925. Bronce. 100,5 x 69 x 104,5 cm.
Donación Pablo Curatella Manes.
En el período previo a esta obra, Pablo Curatella Manes (Argentina, 1891-1962) trabaja en lo que se da en llamar su período de “esculturas pesadas”, como El acordeonista (1922), El guitarrista (1922) o Los acróbatas (1923), en la que los cuerpos se construyen con planos. De este modo, resultan volúmenes geometrizados de apariencia muy maciza que, aunque indiquen movimiento por las acciones que realizan, manifiestan una rígida tensión que se traduce en un severo estatismo.
Con Danza, Curatella Manes inicia otra propuesta donde las formas humanas, aún más sintéticas, se prolongan en formas curvas envolventes que, a modo de cintas muy texturadas, guían nuestra mirada en giros incesantes. El ritmo suave de la danza no se desprende entonces del movimiento de los cuerpos sino que el dinamismo de la acción es sugerido mediante formas abstractas. El artista no representa: más bien sugiere mediante el juego de la materia que interactúa con el espacio generando una contraposición de llenos y vacíos.
Danza (1925) y Rugby (1926), dos obras de Curatella Manes, flanquean la escalinata del hall de entrada al MNBA.