Con esta obra, Libero Badii recibe el Gran Premio de Honor del Ministerio de Educación en el Salón Nacional de 1953. Partiendo de un bloque de mármol, el artista sugiere un desnudo femenino que reconstruimos a través de sus partes: el torso se yergue, al igual que los miembros inferiores, que se alzan arqueando la figura, levemente contorsionada. La materia mantiene su idea de bloque a través del modo en que las partes del cuerpo se fusionan, acentuando su unidad. Las curvas sugieren un movimiento suave y cadencioso cuyas aristas generan un recorrido visual continuo que fluye de modo sensual. Así, es la materia misma la que expresa la sensualidad del cuerpo.