Los rostros de Moreno

Se cree que la miniatura firmada por Juan de Dios Rivera (izq.), fue pintada en vida de Moreno, hacia 1808 o 1809. Se considera la imagen con más posibilidades de ser su retrato verdadero. En el centro, el dibujo de Narciso Desmadryl de la Galería de Celebridades Argentinas, editada por Mitre en 1857. Una probable fuente del dibujo es el grabado (der.) realizado en Londres en 1812, bajo indicaciones de Manuel Moreno, en el que se observan marcas de viruela.

¿Cuál es el verdadero Moreno? ¿Aquel de la miniatura pintada por Juan de Dios Rivera? ¿O el del retrato de Subercaseaux, de quien todos creemos que es Moreno y que como tal tenemos grabado en la memoria? A través de las sucesivas representaciones, su fisonomía fue cambiando y adquiriendo una apariencia más acorde con las descripciones de los historiadores y con la importancia que se le otorgó como ideólogo de la Revolución de Mayo.

El punto más alto de esa representación es sin duda la pintura de Pedro Subercaseaux, que lo muestra concentrado en su mesa de trabajo y responde a la idea que Adolfo P. Carranza tenía del prócer y quería que se transmitiera a las nuevas generaciones, tal como se deduce de sus propias palabras: la de un escritor  infatigable, “el alma del gobierno de Mayo, su nervio, el estadista del grupo distinguido que manejando la nave arremetió contra el absolutismo y la duda, ansioso de alcanzar el objetivo de sus anhelos y de su destino. Moreno fue la brújula y el que asió el timón también, como que era el más fuerte y el más capaz de los que iban a dirigirla”.[1]

Una visión semejante de su personalidad mal podría sustentarse en una apariencia sosegada, un rostro afeado por la viruela o simplemente insustancial: tal como ha sido mencionado y se desprende de los documentos, Adolfo P. Carranza alentó, encomendó y vigiló personal y minuciosamente la realización de pinturas, esculturas y monumentos. Para ello proveyó a los artistas de fuentes iconográficas o escritas y estableció parámetros que evitaran la variación en las representaciones de los próceres.

El formato de las obras que se muestran en esta pantalla no es el original ya que ha sido modificado por necesidades de diseño.

[1]Carranza, Adolfo P., La Junta Gubernativa de 1810, p. 7, en: Ruffo, Miguel, “Iconografia de la Revolución de Mayo”, documento de trabajo.