Cabeza de Herrerasaurus.
Uno de los dinosaurios más antiguos y primitivos es sin lugar a dudas el Herrerasaurus ischigualastensis. Este dinosaurio, de una antigüedad aproximada de 235 millones de años, era de tamaño modesto y la mayor parte de los ejemplares encontrados no superaban los 3,5 metros de longitud. Su cráneo, de unos 30 centímetros de largo, se encontraba armado de un largo hocico que portaba unos 20 dientes filosos y comprimidos, semejantes a cuchillas. Las manos se encontraban provistas de garras agudas y filosas, y sus patas traseras eran gráciles y aptas para la carrera. Este peculiar dinosaurio bípedo fue muy probablemente un peligroso carnívoro de los comienzos de la “época de los dinosaurios”.
Sus características particulares llevaron a algunos científicos a creer que dinosaurios semejantes a este muy posiblemente hubieran dado origen a los llamados terópodos, un grupo muy común durante toda la era Mesozoica que abarcó diferentes especies de dinosaurios bípedos y carnívoros, de los cuales el más famoso es el Tyrannosaurus rex. El Herrerasaurus fue encontrado en el llamado Valle de la Luna, en la provincia San Juan, una localidad que ha brindado a los paleontólogos una gran cantidad de esqueletos de los dinosaurios más antiguos y primitivos conocidos.
Otro dinosaurio de la misma época, pero en este caso encontrado en Brasil, es el Guaibasaurus candelariensis. Era de hábitos posiblemente herbívoros, tenía seguramente los dientes poco filosos y en forma de hoja, aptos para masticar los vegetales que constituían parte mayoritaria en su dieta. Dinosaurios semejantes a esta pequeña especie, de hábitos pacíficos, habrían dado origen a los grandes dinosaurios cuadrúpedos y de largos cuellos llamados saurópodos, que serán los herbívoros dominantes a lo largo de todo el Mesozoico.