Madera policromada. 77,5 x 32,5 x 32,2 cm.
Donación Fundación e Instituto Torcuato Di Tella, 1971.
En esta obra, por el contrario, aún perdura el recuerdo del bloque de madera en el que fue tallada, en su forma cúbica y maciza. El relieve de formas geométricas y rígidas mantiene la idea de la superficie. La Virgen, a modo de gran trono, sostiene al Niño que a su vez sostiene las Sagradas Escrituras como imagen de salvación. Como en el “suplicante”, la imagen cumple una función religiosa: en el mundo cristiano de este período, la imagen hierática y solemne está destinada a ser objeto de devoción de los creyentes. Pero en este caso, la Virgen es, además, un relicario, es decir, se podía guardar en ella alguna reliquia (un fragmento del cuerpo del Santo o de la Virgen objeto de la devoción o de algún objeto que les haya pertenecido). La resolución plástica y la interpretación de la imagen como representación de ideas religiosas responden a la concepción del estilo románico, que comenzó a desarrollarse en Europa en el siglo XI y se extendió hasta mediados del siglo XII.