1980. Carlos Gorriarena.
Acrílico sobre tela, 150 x 200 cm.
Donación Asociación Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes.
Carlos Gorriarena (1925-2007) reconoce como sus maestros a Lucio Fontana (1899-1968), a Antonio Berni (de quienes fue alumno en la Escuela Nacional de Bellas Artes) y a Demetrio Urruchúa (1902-1978).
A través de su obra Gorriarena parece reflexionar sobre la sociedad contemporánea y las relaciones con el poder político y el económico.
Su lenguaje artístico, a través del cual expresa una mirada crítica sobre la realidad, se construye con una paleta de colores intensos, empastados, sobre soportes de grandes dimensiones. Se podría señalar que colores, materia y superficie interactúan para acentuar el carácter expresivo de sus figuras.
El crítico Raúl Santana señala: “Al captar los personajes que hacen a los acontecimientos, podríamos decir que comienza a retratar un real espeso: magnates, hombres de empresa, déspotas, gángsters, grandes políticos y grandes figuras internacionales, sorprendidos en gestos y en tics, siempre atrapados fragmentariamente, rebatiendo violentamente hacia los límites del papel, como si una gigantesca lupa los hubiera traído hacia adelante fuera del espacio del soporte. Estas obras testimonian esa realidad en la que el individuo ya no puede reconocerse en ningún lugar como ‘humano’. En ellos, solo es posible reconocer la brutalidad y la violencia social.”[1]
El palco es una clara referencia al palco oficial, ocupado por cinco personajes de gestos y posturas estereotipadas, acordes a un acto gubernamental. Por su fragmentación y punto de vista, el encuadre remite a las imágenes periodísticas, fuente de inspiración en varias de sus obras.