1880. Claude Monet.
Óleo sobre tela. 60 x 72 cm.
Donación Municipalidad de Buenos Aires. 1910.
Claude Monet (1840-1926), líder del movimiento impresionista, pone de manifiesto en esta obra las características plásticas del movimiento artístico al que su obra Impresión sol naciente dio nombre. En primer plano se ve el agua, trabajada a partir de pinceladas cortas, yuxtapuestas, donde el color saturado, puro, es capaz de transmitir la plenitud de la luz al aire libre. A partir de ese registro inferior, se van sucediendo la orilla, los árboles y la casa para llegar finalmente al cielo, dando apenas la sensación de profundidad.
Monet, desde su “bote-taller”, capta el instante fugaz en que la luz provoca los reflejos que él plasma sobre la tela. Pintar al aire libre implica para los impresionistas empezar y terminar la obra frente al motivo elegido del paisaje. La divulgación de los estudios de física y de óptica de Chevreul y de Helmholtz proporcionó a los impresionistas herramientas para abordar plásticamente el estudio y la observación de la luz. Por ello utilizan los colores saturados: para brindar la máxima sensación de luminosidad, evitando las mezclas en la paleta. El color, entendido como percepción de nuestros ojos en función de la luz que en parte es absorbida y en parte refractada por el objeto, da lugar a la mezcla óptica como producto de la fusión de tonos.
Este valioso cuadro del artista francés integró el envío de su país, compuesto por 498 piezas, entre las que se contaban pinturas, esculturas, grabados, objetos de artes decorativas y fotos de obras arquitectónicas. Fue adquirido con fondos del Municipio de la Ciudad de Buenos Aires mediante la aprobación de un proyecto presentado por los concejales Dormal, Idoyaga Molina y Sommer, en cuyos fundamentos se expresaba: “Que es un deber municipal propender a la cultura artística, y es un medio concurrir al fomento del Museo de Bellas Artes por la adquisición y donación de obras maestras. La Exposición Internacional de Arte del Centenario favorece la oportunidad, tanto más cuanto por falta de recursos no se han adquirido para ese destino públic, los cuadros expuestos por Anglada, Monet, Courtens, Chiesa y otros afamados autores contemporáneos, aprovechando la oportunidad única del gran torneo universal expresado”.
Es interesante acotar que el entonces intendente de la Ciudad de Buenos Aires, Manuel Güiraldes, estaba a su vez a cargo de la Comisión Ejecutiva de la Exposición Internacional de Arte del Centenario, mientras que Julio Dormal, junto con otros renombrados artistas como Lucio Correa Morales, Reinaldo Giudici y Eduardo Sívori, eran vocales de la mencionada Comisión del Centenario. Fue así que pudieron aunarse distintos criterios y factores, lo que hizo posible la adquisición y exhibición de estas obras en el MNBA.