Descendiente de una familia de la nobleza de Milán, Emilio Gola (1852 -1923) realizó estudios en el Politécnico de su ciudad natal y, más tarde, tomó lecciones de pintura con Sebastiano De Albertis. En sus viajes a Francia, Holanda e Inglaterra conoció las obras de artistas europeos. Debutó como pintor en 1879, en la Exposición Anual de Brera, y se destacó en la realización tanto de retratos como de paisajes. En Lungo il naviglio o El naviglio de Milán toma una vista del famoso barrio de Milán conocido por los canales que lo cruzan. La longitud del canal se manifiesta en su característico uso de la perspectiva, que hace que la línea de la orilla, ubicada perpendicularmente al plano, se adentre con un máximo de profundidad, angostándose desde la margen izquierda a la derecha. Dicha línea de la orilla del canal estructura la composición de la obra organizando la serie de edificaciones y sus respectivos reflejos. La luz se manifiesta de manera intensa mediante la claridad de los tonos empleados y sobre todo por el uso de blancos que destacan los tejados nevados, la ropa tendida y sus respectivos reflejos en el agua. Es interesante recalcar la armónica combinación de elementos plásticos opuestos: por un lado la línea precisa del dibujo se mantiene en la delimitación constructiva del espacio a través de los elementos arquitectónicos que la constituyen, y por otro, las pinceladas de modo suelto sugieren otras formas mediante manchas.

Como la obra de Cárcano, el óleo de Gola también integró el envío de Italia a la Exposición Internacional del Centenario, fue adquirida con los fondos de la ley y remitida al MNBA.

El formato de la obra que se muestra en esta pantalla no es el original ya que ha sido modificado por necesidades de diseño.