1900. Filippo Carcano.
Óleo sobre tela visible. 89 x 200 cm.
Adquisición, 1910
Nacido en Milán, Filipo Carcano (1840-1914) hizo sus estudios en la Academia de Brera de esa ciudad, a la que ingresó en 1855. A los veinte años viaja con su hermano a París y a Londres y así conoce las obras de los paisajistas ingleses y franceses. Cuando regresa a Italia comienza a pintar obras de carácter realista que reflejan escenas cotidianas, como La partida de billar (1873) o La Escuela de Baile (1874) hasta que, a partir de 1877, se vuelca a la pintura de paisajes. En 1878 gana el premio Mylius y en dos oportunidades (en 1882 y 1897) gana el Premio Príncipe Umberto, a partir de lo cual obtiene el reconocimiento de la crítica y del público.
Su obra Los creyentes formó parte del envío de Italia (conformado por 205 piezas) a la Exposición Internacional del Centenario y fue adquirida con fondos de la ley Centenario por la Comisión Nacional de Bellas Artes, y remitida al MNBA.
De la imagen se desprende la intención del artista de que el paisaje brinde un marco apropiado para mostrar la peregrinación de los fieles a la iglesia, cuya torre se divisa en la lejanía. Una sucesión de pañuelos blancos apenas sugiere las figuras cuyo tamaño disminuye mientras siguen la línea de perspectiva de la orilla, desde la cual un hombre observa el desfile. La imagen devocional y las cruces se divisan por encima de la muchedumbre.
Pinceladas sueltas y relativamente anchas indican los reflejos tanto en el agua como en el cielo. La luz se expresa mediante tonos de valores más altos (es decir más claros) en algunos sectores del cielo y del campo, acentuando una línea que acompaña la dirección de los creyentes. Es notable la influencia del pintor italiano Giovanni Carnovali, llamado Il Piccio (1804-1873), en la obra de los pintores de Milán como referente del paisaje, tanto por la estructura compositiva como por el contraste de luz. Carcano, sin embargo, se diferencia del maestro al alejarse de la mirada del romanticismo, para acentuar la captación de una realidad que enfatiza el carácter regional: se trata de la imagen del pueblo con su profunda religiosidad, dentro del contexto de la Italia liberada de dominios extranjeros y unificada políticamente a partir de 1870.