Entre los saurópodos se encuentran los animales terrestres de mayor tamaño que hayan habitado la Tierra. Entre ellos, el mayor de todos es el Argentinosaurus huinculensis, encontrado en la provincia de Neuquén. El Argentinosaurus alcanzaba una longitud de unos 40 metros y pesaba más de 70 toneladas (el equivalente a unos diez elefantes juntos). A pesar de su enorme tamaño, este animal tenía dientes débiles y en forma de lápiz que utilizaba para arrancar vegetales, los cuales constituían su único alimento. Sin embargo, el fraccionamiento de los vegetales que esos gigantes consumían era efectuado principalmente por rocas que se encontraban en el estómago y que estos animales tragaban adrede. Así, debido a que sus débiles dientes eran incapaces de triturar las plantas duras, las piedras alojadas en el estómago eran capaces de machacarlas hasta hacerlas digeribles para el animal. Más aún, para soportar su enorme peso, el Argentinosaurus poseía unas importantes cavidades en forma de ojo a ambos lados de sus vértebras, las cuales, rellenas de aire, habrían ayudado a alivianar el peso del animal. Sus patas columnares eran perfectas a la hora de sostener su gran volumen corporal, e inclusive, las patas delanteras habían perdido la mayor parte de sus dedos y se habrían comportado prácticamente como pilares especializados en el sostén del cuerpo.