Los dinosaurios del Cretácico: Carnotaurus sastrei

Carnotaurus sastrei (a la izquierda)

A fines del Cretácico, en América del Sur existió un grupo de dinosaurios carnívoros que se encuentran en abundancia en la mayor parte de los yacimientos paleontológicos. Llamados abelisaurios, se caracterizaban su cabeza de tamaño relativamente pequeño pero de huesos fuertes y gruesos, muy ornamentados y generalmente con cuernos o rugosidades en diferentes sectores de la cabeza. A este grupo de dinosaurios pertenece el estrafalario Carnotaurus sastrei, encontrado en la provincia de Chubut: un carnívoro que alcanzaba unos 4 metros de alto hasta la cabeza y cuya característica más sobresaliente era la presencia de un par de curiosos cuernos sobre los ojos, semejantes a los de las vacas y bueyes. El Carnotaurus tenía los brazos extremadamente cortos y reducidos, y sus manos eran inútiles, incapaces de abrirse o cerrarse siquiera. Es probable, incluso, que no portara garras en las manos, por lo que estos miembros habrían sido inútiles a la hora de capturar sus presas. Este dinosaurio es uno de los pocos de los cuales se conoce algo más que los huesos: en efecto, impresiones de la piel del Carnotaurus permiten inferir que esta tenía numerosos tubérculos, escamas duras y otras prominencias.

Otro importante dinosaurio carnívoro fue el Tyrannosaurus rex, posiblemente el más famosos de los dinosaurios. Este terópodo, no emparentado directamente con ninguno de los dinosaurios sudamericanos, se encontraba distribuido únicamente en América del Norte y posiblemente en Asia, ya que, al igual que sus parientes, perteneció a un grupo de dinosaurios que se desarrolló exclusivamente en el supercontinente de Laurasia. Esto explica las importantes diferencias que existían entre los grupos de dinosaurios de ese supercontinente y los que habitaron la gran masa continental austral llamada Gondwana.