Prácticamente en cualquier lugar del mundo se pueden encontrar restos fósiles de animales o vegetales: de hecho, pequeños restos fósiles de invertebrados han sido hallados incluso en los bloques que constituyen las pirámides egipcias o en las gárgolas que se encuentran en la catedral de Notre Dame, en ParÃs.
En nuestro paÃs, el hallazgo de restos fósiles es un hecho habitual y común. Por ejemplo, los grandes cordones de conchillas que encontramos a lo largo de la costa bonaerense, y que suelen ser utilizados en la construcción de viviendas, son restos de invertebrados que habitaron nuestra provincia hace unos 7000 años. Más aún, es común que en las excavaciones realizadas para construir edificios o puertos, o durante rectificaciones de arroyos, se encuentren restos de grandes mamÃferos extinguidos que datan de más de 10.000 años de antigüedad.
Una vez que son hallados los fósiles, comienza su cuidadosa extracción por paleontólogos y personal capacitado por los museos. Luego de que el fósil es cuidadosamente desenterrado, se transporta al museo para continuar con el proceso de preparación y limpieza. Allà los huesos son liberados definitivamente de la roca que los contiene, y se disponen para el estudio de los paleontólogos.