Cándido López (1840-1902) nos describe una instancia previa al ataque a la trinchera de Curupaytí, donde se encontraba el ejército paraguayo. Las dos columnas del ejército de Brasil (a lo lejos) y de Argentina (en los primeros planos) avanzan hacia el lugar.

La línea de horizonte supera la mitad del cuadro y el pintor no la interrumpe con ningún elemento: el espacio para el cielo despejado es discreto; el correspondiente a la tierra, mayor, ya que allí es donde se suceden los hechos.

Grupos de soldados a pie o a caballo llevando instrumentos musicales, cañones, camillas y hasta escaleras avanzan hacia la derecha conformando fuertes líneas diagonales que rompen la horizontalidad del cuadro. Figuras humanas de pequeño tamaño, vistas desde un punto de vista elevado que nos permite observar el paisaje a pleno.

En un lugar despejado, fuera de las columnas de soldados y hacia la izquierda de la obra, un grupo de jinetes observa el movimiento de las tropas: son los jefes, a los que el artista separa del resto y ubica en un lugar espacial, para destacar las jerarquías.

El formato de la obra que se muestra en esta pantalla no es el original ya que ha sido modificado por necesidades de diseño.