Richard Adams
Richard Adams (1791-1835) nos presenta una vista de la ciudad de Buenos Aires hacia el sur, en la que se privilegia el río y todo lo que transcurre en torno a él. Se destacan los aguateros, cuyo trabajo de llevar los barriles con agua desde allí hacia la ciudad varias veces en el día suscitó gran interés entre los viajeros. También se puede ver gente llevando mulas a refrescarse, niños que pescan y, más atrás, las siluetas de las lavanderas negras, con la ropa blanca tendida, una escena frecuente del Buenos Aires decimonónico.
El artista pinta embarcaciones –algunas pequeñas– y también carretones de ruedas gigantescas: ambos medios se usaban para trasladar a quienes llegaban en barco hasta la costa. Pero su atención está enfocada en el dinamismo que hay en esa zona de la ciudad, descripto en detalle por todas estas pequeñas escenas.
En el plano superior se puede ver la Alameda, el primer paseo público de la ciudad, y más allá las torres y cúpulas de las iglesias; incluso aparece asomando la fachada neoclásica de la Iglesia Anglicana, construida en 1831 justamente por el autor de esta vista, que era ingeniero. A lo lejos, el Fuerte, lugar donde se depositaba las armas y la pólvora y que era la guarnición de las tropas que defendían la ciudad, presenta su lado posterior, que mira al río.