La Generación del 80 trabajó intensamente en pos del desarrollo del ambiente artístico en el país. Lo hizo impulsando el trabajo de artistas nacionales y creando instituciones sólidas que permitieran la enseñanza y la difusión de la pintura y la escultura. Tanto la Sociedad Estímulo de Bellas Artes, fundada en 1876, como los salones del Ateneo y el Museo de Bellas Artes fueron fundamentales a la hora de la organización, la difusión y la educación del gusto del público que no podía viajar a conocer o estudiar las obras de arte más importantes de Europa.
El Museo de Bellas Artes se funda por decreto presidencial y se abre al público en 1896. Su patrimonio inicial estaba conformado por donaciones de coleccionistas de la ciudad, de artistas y, también, a través de compras que se concretaron con dinero estatal. Para Eduardo Schiaffino, que fue fundador del Museo y su primer director, incrementar el patrimonio fue tarea constante: a través de sus viajes pudo tomar contacto con directores de museos, descendientes de artistas, coleccionistas y hasta con los autores que a él le interesaban especialmente. Su proyecto de adquisición de obras de arte fue sumamente importante para una institución que tenía unos pocos años de existencia.