Otras fuentes

Miniatura de María Sánchez de Thompson (izq.), que probablemente haya sido la fuente de Subercaseaux. María de los Remedios Escalada de San Martín fue retratada en dos miniaturas: una de ellas (der.), realizada en vida, fue hecha por Carlos Durand, en 1817. La otra, que podría estar basada en esta misma, fue reproducida en la revista La Ilustración Histórica y es la probable fuente del pintor.

Se puede inferir que Subercaseaux se inspiró en las descripciones que de este salón hizo Pastor Obligado, aunque la decisión de pintar a Mariquita cantando parece haber sido solo suya. La pintura historicista selecciona, idealiza y fuerza las fuentes documentales. Su propósito no es la verdad sino la verosimilitud, y su objetivo es generar un conjunto de imágenes capaces de cumplir eficazmente la función pedagógica para la que son creadas. Esta pintura, encargada con motivo del Centenario de la Revolución de Mayo, integra ese puñado de imágenes llamadas a simbolizar nuestra identidad como país, íconos de hechos y personas seleccionados para organizar nuestra memoria histórica. Su plenitud se da en el período en que se están estableciendo los parámetros legales, políticos y económicos de un naciente Estado-nación, marcado por el gran crecimiento demográfico y el cosmopolitismo de la sociedad.

Subercaseaux contó en sus Memorias los avatares de su cruce de los Andes cargando las pinturas El Cabildo Abierto del 22 de Mayo de 1810 y Ensayo del Himno Argentino en el salón de la Sra. María Sánchez de Thompson, realizadas por sugerencia de Carranza, más otras telas realizadas por propia iniciativa como El Abrazo de Maipú: “No bastaba con pintar los cuadros; había que hacerlos llegar a Buenos Aires vía Cordillera, enrollados en sólidos tubos de latón. Partí con ellos vigilando por el camino a los arrieros. Por el Espinazo del Diablo, los perdí de vista. Al encontrarlos de nuevo, ¡Oh espanto!, para mayor comodidad los arrieros habían doblado en dos el tubo de latón”.[1] Una vez en Buenos Aires, los cuadros fueron reparados, expuestos y más tarde adquiridos por el Museo Histórico Nacional, donde podemos verlos en la actualidad.

El formato de la obras que se muestran en esta pantalla no es el original ya que ha sido modificado por necesidades de diseño.

[1] Subercaseaux, Pedro, op. cit., p. 153.